jueves

Retrofuturismo - Fotografía



Sam Van Olffen

Francia


El steampunk es un subgénero surgido dentro de la ciencia ficción, ocasionalmente mezclado con la fantasía, que denota una ambientación en una época o mundo donde predomina la tecnología del siglo XIX, esencialmente desde la Segunda Revolución Industrial, especialmente la energía a vapor y la tecnología mecánica.










































Ejemplo de Retrofuturismo en cine.

Duración 2 minutos.





Sin dudas, un arte muy particular.

http://vanolffen.blogspot.com/

"Biblioteca Gustavo Riccio"

miércoles

El Director - Música



Valeri Abisálovich Gérgiev

Rusia

1953



Director de orquesta y director artístico de la ópera rusa. Es director general del Teatro Mariinski y también asociado con la Ópera del Metropolitan, la Orquesta Filarmónica de Rotterdam y la Orquesta Sinfónica de Londres.















Valery Gergiev con la Orquesta Sinfónica de Londres.

Prokofiev - Romeo y Julieta - Danza de los Caballeros 


Contundente, decidido, persistente y orgulloso con un toque de ternura.

Opción 1

Duración 6 minutos.



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Opción 2

Duración 6 minutos


"Biblioteca Gustavo Riccio"

martes

Rafael Barret - El Valor


Este escritor, está en los cimientos del Grupo de Boedo,  formado por escritores, novelistas y poetas en argentina en la década de 1920, grupo donde perteneciera nuestro querido poeta Gustavo Riccio.













El Valor

La lucha inacabable con la naturaleza ha cambiado de forma.
No son ahora los tiempos en que la noche era terror; el día, caza; en que no había otro problema que el de comer y no ser comido. Sin más refugio que un agujero entre las rocas, sin haber conquistado aún el cortante sílex que se ata a un palo y la llama que hace retroceder las tinieblas donde cuchichea la muerte, el hombre combatía cuerpo a cuerpo con la realidad. Eran sus uñas, sus dientes, sus músculos, sus fundamentales instintos los que se adherían desesperadamente a la vida. Había que salvar a la humanidad de las fauces del tigre y del abrazo del oso. Había que ser astuto; había, sobre todo, que ser feroz.
Pero después la inteligencia, en una inexplicable crisis, creció monstruosamente, y desbordó de los sentidos. Incapaces de seguirla y de servirla, la inteligencia prescindió bien pronto de ellos, y se fue fabricando los delicados o colosales órganos que necesitaba: las máquinas. Y hoy vemos lo invisible, estrellas perdidas en el fondo de los espacios y microbios que viven a millones en una gota de sangre; palpamos casi las moléculas y el éter, apreciamos las más imperceptibles vibraciones y las más formidables magnitudes; escuchamos, a centenares de kilómetros, el susurrar de una voz. Nuestro aliento ruge en las calderas o clama con la dinamita; nuestros músculos de metal aplastan las rocas; nuestras uñas y nuestros dientes abren las montañas; nuestros nervios son una red de alambres que aprisiona la tierra. La eterna batalla no es ya un episodio cruel de la historia de las especies, sino un designio del universo; no es ya una tentativa, es una verdad que marcha con la majestad de un poema; no está hecha ya de incertidumbre y de ferocidad, sino de pensamiento y de valor.
Es preciso tener valor. Doblemente es preciso, porque antes de encontrar la naturaleza hay que encontrar a los hombres; antes de herir y fecundar la realidad sombría hay que herir y fecundar los cerebros entenebrecidos de nuestros hermanos los brutales, de nuestros hermanos los supersticiosos, de nuestros hermanos malvados y débiles. Hay que lanzar las ideas nuevas contra las ideas viejas; hay que conspirar contra el pasado, y barrer los fantasmas. Estamos en camino. El mal persiste siempre detrás de nosotros, como una manada de lobos que aúllan. Detenerse es morir.
El genio no es nada sin el carácter. Si somos cobardes, nuestras ideas lo serán también, y no se atreverán a dejar su rincón oscuro para salir a la luz. Es necesario no proponerlas, sino imponerlas. Sólo resiste a la fuerza lo que la fuerza construye. Como la gran mayoría de los hombres no conoce ni teme más que la fuerza, aceptarán el bien cuando no haya otro remedio. Por eso, lo primero es ser fuertes. Se persuade con los puños, y se defiende la verdad con la punta de la espada.
Los grandes depósitos de energía humana, dinero, dictadura social, masas de obreros y de soldados, está en poder de la estupidez, la crueldad y la avaricia. Nunca ha sido más indispensable el valor que ahora. Sabemos el punto exacto que hay que atacar. Sabemos dónde está la ruta, y por qué sitio del horizonte vendrá el sol. Sabemos que un puñado de espíritus superiores, prisioneros de la inmensa mole esclavizada, son lo único que hace avanzar el mundo. Comprendemos que mientras no les pertenezca el poder político la humanidad no será libre, y sentimos que esa suprema obra exige toda nuestra inteligencia y todo nuestro valor.
Se rechaza el consejo del pacífico sabio, y se acata la orden de un imbécil con el sable al cinto. Afirmemos valientemente nuestra convicción, y no nos dejemos amordazar. El silencio siempre es cómplice. No seamos humildes, no prostituyamos la razón, que nos hace sagrados. La palabra del profeta debe estallar como un trueno. Disciplinemos nuestro organismo, hagámonos amantes de la obstinada lucha. Las ideas, flechas sublimes, se forjan en el reposo, pero es la voluntad la que tiende el arco.


R. Barret.
España
1876 - 1910


"Biblioteca Gustavo Riccio"

lunes

Intelectual - Cuento



"—Soy el único intelectual desde que murió Verlaine. ¿ Los demás?, ¿qué importan que tengan talento? Son talentos industriales."


















Intelectual

Estoy satisfecho. Conozco a un intelectual auténtico, que me honra con sus confidencias. Es un joven sucio y elocuente. Ayer me llamó en el café y me habló de este modo:
—Soy el único intelectual desde que murió Verlaine. ¿ Los demás?, ¿qué importan que tengan talento? Son talentos industriales. Vea usted a Blasco Ibáñez y a Anatole France, dando palmaditas al potro porteño, herrado de oro; véales hacer muecas almibaradas para que las señoras vayan a las conferencias, o siquiera paguen las localidades...
—¡Oh! —protesté.
—Sí, señor —prosiguió el intelectual, echando furiosamente azúcar en su taza—. Esos caballeros explotan su chacra literaria con abonos químicos, y consiguen fabricar por año un volumen, vendido previamente. ¿Intelectuales? ¡Nunca! ¿Sabe usted lo que es un intelectual, lo que soy yo, por ejemplo? El que reduce el universo a ideas. ¿Y quién confiará un centavo al infeliz que padece semejante enfermedad? Yo arrastro sobre mí ese estigma indeleble. Cuando empecé a hacer un uso inmoderado de mi inteligencia, no sospeché lo que me esperaba. Hoy es ya tarde. Debí haber comprendido que el espíritu pertenece a los órganos vergonzosos del hombre, y que también existe el libertinaje de la razón. La costumbre de pensar a todas horas tiene algo de vicio bochornoso ante el común de las gentes, y me ha convertido en un ser inútil, a veces nocivo, odiado, despreciado...
—Exagera usted.
—El intelectual puro, señor mío, es un bufón serio, un loco tranquilo con el cual las personas normales y equilibradas se divierten cuando el desdén se lo permite. Un filisteo, un beocio, un burgués, o como ustedes lo llaman: un prudente ciudadano, vendrá a oírme a mi mesa, a pasar el rato, porque yo hago lo mismo que el mar y las puestas de sol, lanzo la belleza sin mirar adonde, y no trafico con mi genio, colocándolo a tanto el centímetro. Charlo, ¿entiende usted?, como charlaron los verdaderos intelectuales, desde Sócrates a Barbey, ante cualquier auditorio, o lo que es mejor, sin auditorio, y si algún escriba me escucha y quiere conservar mis frases para la posteridad, allá él. Ahora voy a explicarle a usted por qué me persiguen y me odian.
—¡Bah! Nadie le odia.
—Me odia el Estado, y hace perfectamente. Como llevo dentro de mi cráneo un átomo de lógica absoluta, es decir, la chispa inicial que andando el tiempo y a través de la mecha inerte de las masas, concluye por hacer estallar las bombas, soy el enemigo del Estado. El Estado es práctico, y la lógica no lo es. El pensamiento en sí es una energía anarquista, puesto que no es pensamiento lo que sustenta el orden sino los intereses, y no cabe duda que si aplicáramos las reglas del buen sentido a la política, la sociedad se hundiría en una catástrofe espantosa. Antes, a nosotros, los intelectuales se nos quemaba vivos. En esta época aciaga se sigue otro sistema: se nos mata por hambre. Así resulta que no puedo saldar con el mozo la miserable factura de una taza de café.
Alargué un billete de cinco pesos al intelectual, y me despedí cordialmente.

Rafael Barret
España
(1876 - 1910)

"Biblioteca Gusstavo Riccio"

viernes

El Corazón Delator - Cuento


Edgar Allan Poe 

Boston, Estados Unidos  

1809 – 1849

















Opción 1

"El Corazón Delator"

Narrado por el escritor argentino Alberto Laiseca.

Duración 11 minutos.


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Opción 2

"El Corazón Delator"

Narrado por el escritor argentino Alberto Laiseca.

Duración 11 minutos.


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Dentro de Revista El Bosco.

Alberto Laiseca 

"Biblioteca Gustavo Riccio"

jueves

WikiLeaks poems - Poesía

















WikiLeaks poems


                                I


Hagan correr el rumor de que Dios existe

II


Fidel Castro tiene razón:
la Historia lo absorberá

III


Chile está tan confundido
Que hasta la derecha parece sensata

IV


Homero Simpson
Es el verdadero nombre
Del autor de la Ilíada

V


Japón es a Asia
Lo que Inglaterra a Europa
Lo que Chile es a América latina

VI


España
Hay quien te quiere
Y quien te USA

VII


USA 
Hay quien te odia
Y quien te Obama

VIII


En una burocracia que se precie
TODO lo importante
está al servicio de lo INSIGNIFICANTE

IX


OK Míster Fridman:
Privatizaremos las ganancias
y socializaremos las pérdidas

X


Últimas instrucciones:
Haga que la gente crea
que los políticos
son nuestros líderes

XI


No quiero ecologistas en mi parlamento
Repito: el planeta es nuestro

 César Cuadra                                                                                                                                              
 Chile. 

Link: http://www.omni-bus.com/

"Biblioteca Gustavo Riccio"

 
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